El controvertido plan que promovió el
Gobierno Nacional para la finalización de estudios secundarios deja muchas incógnitas en cuanto a su efectividad y es motivo de debate entre especialistas de la educación. ¿Inclusión real o fraude educativo?
Paula García
Son
las cinco de la tarde de un lunes de septiembre y al sol le falta poco para
esconderse en uno de los suburbios más poblados del partido de La Matanza.
Graciela es una de las referentes del
barrio y dueña del local donde
funciona la sede de Fines. Tiene la piel cuidada y
maquillada, las uñas esculpidas y una cabellera rubio lacio
con flequillo desprolijo.
_Éste era un galpón que tenía
en casa y cuando me enteré que se podían ofrecer lugares para que
funcione el Fines, lo cedí. Veía la droga, pibes que no estudiaban en la
esquina y pensé ¿cómo hago para sacar a los pibes de la calle? Armé un listado, lo presenté en el Ministerio por medio de un
compañero y salió. Pedimos sillas, mesas y
de a poco fuimos empezando.
Graciela
es empleada administrativa en la jefatura del Ministerio de Educación y está terminando
el secundario en la misma sede que cedió y también coordina. Milita desde hace 20 años
con Luis D´ Elia en la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV), actualmente transformado en
el Movimiento Integración Latinoamericana de Expresión Social, más conocido como MILES.
***
Daniela tiene 28 años y un título
de periodista que la habilita para dar clases de comunicación y medios. Informal, de Jean y
zapatillas, parece una alumna más.
_
¿Quiénes tienen pensado seguir estudiando cuando terminen?-pregunta con
entusiasmo.
_Todos los profesores nos
dicen que esto no nos sirve para nada – cuenta con decepción
Débora, alumna de 35 años que quiere
seguir el profesorado de Historia.
_Mi
idea es meterme en la Policía- se suma Diego, 30 años, otro de los
alumnos.
El
resto permanece inmutable.
_ Es mi primer año como docente y la
verdad que hay de todo - dice Daniela-. Este curso en particular es
heterogéneo: tenés amas de casa, padres de familia. Muchos chicos trabajan en
la construcción, salen de la obra un poco antes para llegar, y hay otros con
situaciones familiares conflictivas. Pero son todos muy respetuosos.
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FinEs es el plan de finalización de
estudios secundarios promovido por el Ministerio de Educación de la Nación en 2008, durante el gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner. En un principio, estaba destinado
a personas que adeudaran materias del último año del secundario (FinEs I), pero en 2010 se lanzó FinEs II, para mayores de 18
años que deseen cursar todo el primario o el secundario.
Los
primeros alumnos fueron los cooperativistas del plan “Argentina Trabaja” y
luego se abrió a toda la comunidad. También acceden las beneficiarias del Plan "Ellas Hacen", dirigido a
más de 100.000 mujeres, que son víctimas de violencia familiar, son jefas
de hogar o madres de tres o más hijos.
Dicho plan se fundamenta en el reconocimiento de los
saberes adquiridos durante toda la vida; propicia formas de aprendizaje
autónomo que se adaptan a las necesidades de los destinatarios, y genera condiciones
que favorecen la permanencia y el egreso de quienes buscan terminar la Escuela
Secundaria, según
consigna el programa.
Los Centros Educativos de
Nivel Secundario (CENS), que dependen de la Dirección Nacional de Educación de
adultos (Dinea), regulan la aprobación de
las materias, la evaluación de los exámenes, la provisión de los docentes y el
material de estudios. Los referentes o
coordinadores de Plan deben tener titulo secundario y, en lo posible, ser
docentes.
La modalidad de cursada es de
carácter presencial, dos veces por semana durante tres horas, para cursar cinco
materias por cuatrimestre. Los cursos se ofrecen por la mañana, la tarde o turno
vespertino.
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Guillermina Tiramonti tiene la piel bronceada, los
ojos claros y el pelo canoso con destellos rubios; a la vista parece una mujer
sabia y así lo confirma su trayectoria. Es investigadora de la Facultad
Latinoamericana de Ciencia Sociales (FLACSO) y Máster en Educación y Sociedad. Consultada
por la cronista, realiza un análisis del programa.
_El
plan FinEs debe
ser pensado desde la conjunción de varios propósitos: el primero es
social, para articular un grupo de la población que carece de anclaje social.
En el caso de la provincia de Bs. As asociado a proyectos dependientes de
bienestar social. El segundo objetivo es político: muchos de los locales donde
se imparten las clases pertenecen a organizaciones políticas con afiliación oficial, de
modo que se trata de articular a esa gente a esas organizaciones. Y el tercero, mejorar
las estadísticas de egreso del nivel secundario que son hasta ahora muy bajas.
Para
la experta en educación “La educación media en la
Argentina está en crisis sin que existan indicios a Nivel nacional de políticas
destinadas a mejorar su situación”.
Según
su evaluación, plan Fines “está
destinado a incluir sin transformar ni la escuela, ni los recursos
y habilidades de los alumnos”. Y lo argumenta con estadísticas: “en el caso de
la escuela media la inclusión de nuevos sectores sociales es solo un propósito
porque desde hace más de diez años las matrícula no
crece”. Tampoco considera que la titulación para estos jóvenes sea un pasaporte
a mejores condiciones laborales.
_Es
una promesa incumplida porque las estadísticas muestran que muy pocos de
ellos acceden a este tipo de trabajo y a pesar de la titulación obtenida se
mantienen ocupados en el mercado informal.
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El barrio es conocido como “San
Pedro”: casas de alto, casas humildes, calles asfaltadas, calles de tierra, la
tierra del club Almirante Brown. Entre despensas, kioscos, remiserìas y al
ritmo de alguna cumbia de fondo, funciona, hace poco más de un año, una de
estas sedes de FinEs.
Sin embargo, en la década los
´90, el escenario era otro: la miseria misma. A pocas cuadras de la sede FinEs,
un vecino del barrio, el dirigente y político Luis D´Elía, encabezó la toma de tierras
de un predio fiscal conocido como “El Tambo”. Este asentamiento fue testigo
de un proceso caótico: piquetes, huelgas y reclamos, una lucha que le costó la vida a más de un
vecino por la represión policial, y por los suicidios que hubo por la crisis
socioeconómica.
Graciela fue una de las amas de casa que
frente al contexto de pobreza en el que vivía el barrio, empezó a militar.
Participó de los piquetes y contagió su entusiasmo a
medio centenar de vecinas, que salieron de sus casas a reclamar.
Hoy, Graciela camina por su
cuadra como pez en el agua; conoce a todos los vecinos.
_Yo no sé si esto a los pibes les va a servir
para que sigan en la facultad pero, por lo menos, con esto salen un poco de la
calle. Te lo digo porque lo veo con mi hijo que está terminando de
estudiar. Algo hay que hacer y más que
yo los conozco desde chiquitos porque acá a dos cuadras tenía un comedor y muchos
de los que están estudiando venían a comer. Para mi es una satisfacción, dice
Graciela sonriendo.
En diciembre, si todo va
bien, tendrán el título secundario 25 jóvenes, otros 20 pasarán a tercer año y unos 15 pasarán a
segundo.
Pero ahora es lunes. Adentro, aturde el
bullicio típico del aula, y afuera, en Isidro Casanova al sol le
falta poco para esconderse, en otra tarde que se desvanece.